Autor: Marie Lu
Formato:
Kindle Edition
Páginas: 228
(según mi edición)
Capítulos: 32
capítulos.
El emocionante final de la serie bestseller del New York Times, Young
Elites de Marie Lu.
Había una vez una
época en la que la oscuridad envolvía el mundo, y la oscuridad tenía una reina.
Adelina Amouteru está
harta de sufrir. Le ha dado la espalda a aquellos que la han traicionado y ha
logrado la venganza definitiva: la victoria. Su reinado como la Loba Blanca ha
sido un triunfo, pero con cada conquista su crueldad no hace más que crecer. La
oscuridad en su interior ha empezado a descontrolarse, amenazando con destruir
todo lo que ha logrado.
Adelina se ve obligada
a volver a las viejas heridas cuando aparece un nuevo peligro, poniendo en
riesgo no solo a Adelina, sino a cada Élite y el mismísimo mundo en el que
viven. Con el fin de salvarse y preservar su imperio, Adelina y sus Rosas deben
unirse a los Dagas en una peligrosa misión; aunque puede que esta inestable
alianza llegue a ser el verdadero peligro.
La autora bestseller
Marie Lu concluye la historia de Adelina con esta inquietante e hipnotizante
última entrega de la serie Young Elites.
Y por fin puedo declarar por finalizada esta trilogía
que ha sido un claro regocijo para mi corazón. Sin mucha decoración, admito que
me ha encantado, siendo la primera vez que he leído algo visto desde el punto
de vista de un claro antivillano, o antiheroína, en tal caso.
Ha pasado un año desde
que Adelina se convirtió en la reina de
Kenettra, y ha conquistado regiones a su paso, sembrando odio y miedo,
colocando a los élites por encima de todo, siempre bajo el amparo de sus Rosas
y los miembros de la inquisición. Sin embargo, todavía no ha sabido nada de los Dagas, ni de Violetta desde que
ésta se fue. Y por si no fuera poco, sus
ilusiones y los susurros han ido acrecentando, perturbándola hasta el punto
de que casi no puede controlarlos y teme
caer en la locura.
Por otro lado, algo malo está ocurriendo en el mundo,
pues el inframundo se está filtrando al
mundo mortal, envenenando tanto los océanos como la tierra, y quienes se
ven más afectados son los marcados, todos los élites. Raffaele, sabiendo el peligro que corren, decide que lo mejor es ir al punto de origen donde se inició la
fiebre de sangre que azotó el mundo y creó a los élites para cerrarlo, para devolver los poderes de todos y salvar al
mundo. Pero hacerlo significa pedir
ayuda a Adelina, necesitaran de ella para poder acceder al mundo de los
dioses.
¿Aceptará ella la alianza, después de todas las traiciones que
los Dagas le hicieron? ¿Estará ella
dispuesta a dar sus poderes a cambio, a
renunciar a todo?
Adelina Amouteru, Reina de Kennetra.
Durante buena parte
del libro, digamos que la primera mitad, vemos a Adelina en su papel de reina. Y
no es una reina amable. Ella usa sus
ilusiones, los guardias de la inquisición, usa cualquier cosa para ejercer
miedo y hacer conquistas en las regiones a los que va. Siempre en compañía
de Magiano, quien sutilmente le sugiere ejercer un poco de amor para ganarse a
sus súbditos de otra manera.
Honestamente, siento
que en todo el libro nos hacen ver que ella es mala, pero nunca siento que ella es cruel.
Es decir, Adelina hace cosas malas con otras personas, ha mandado a asesinar y
todo, pero no es ella quien lo hace, sino que da lar órdenes para ello, y todo causa que le quite prestigio de
villana.
Además, toda esta
parte del libro se sintió muy pesado, si bien en partes estuvo contado desde
otras perspectivas, pero en lo que se refiere a Adelina, mantuvo mi interés a
momentos, eso solo cuando no me encontraba saltando párrafos y leyendo lo que
en verdad me interesaba.
Adelina y la Tríada Amorosa
Eso es un juego de
palabras porque, en el reino de Tomouran, está gobernado por tres reyes
trillizos que se hace llamar la Tríada
Dorada. Solo que aquí yo me refiero a mis usuales ships con Adelina, que
aquí siguen reluciendo… y apagándose
poco a poco.
Enzo. Creo que
la autora previó esto, y decidió deshacerse de Enzo muy rápido en este libro. O
sea, no hemos alcanzado la mitad del
libro, cuando este personaje ya muere –otra vez–, y su
forma de hacerlo siguió causándome un poco de lástima. No por Adelina, más bien
hubo muy poca interacción entre Adelina
y Enzo ahora que él sabe lo que ella hizo, mi dolor se remota a que fue
Raffaele quien tuvo que matar a Enzo cuando la oscuridad lo gobernó por
completo, siendo la “despedida” como tal entre ambos, lo que me dolió. Raffaele sigue siendo un personaje con
quien tengo un amor-odio, pero tengo, estoy obligada a decir, que admitir que es la relación de Raffaele
y Enzo, el momento entre ellos dos lo
que más me dolió. Lo digo: amo el
ship entre ambos.
Teren. Sigue
la unión con él, que si bien no es mucha en lo que va del libro, aún mi radar
puede verlo. ¡Lo
sé, es un ship demasiado inusual, demasiado
inconsistente habiendo visto, leído, todas las interacciones que han tenido y
que más bien no hay prueba alguna! Pero no puedo evitarlo, veo la particular obsesión de Teren en destruir a Adelina por encima
de los demás élites que… pos, ¿qué se le hace?
Magiano. Aquí
lo diré: Magiano es el primer personaje
de todos los que han salido en esta trilogía que se ha llevado mi corazón de forma permanente. La relación que
tiene con Adelina definitivamente me encanta, así como también me causa dolor el final que tuvo –nada malo, pero es agridulce. Magiano ha hecho tanto por Adelina, y
la protege no por temor al poder que ella tiene, sino porque en verdad está enamorado de ella de una forma tan pura, que
incluso supera a cualquier sentimiento que Enzo pudo tener por ella. Magiano la apoya, no le importa si ella
es cruel o no, la aconseja, porque
teme que algo malo le ocurra, y la
protege, no solo de los peligros de muerte sino de sus propios demonios, de
las ilusiones. Lamenté mucho que no hubiera capítulos narrados desde su
perspectiva, o poder verlo más en este libro.
Siento que el romance en sí no es el punto fuerte de
Marie Lu, pues es algo que me dejó muy insatisfecha en toda la trilogía o
cualquier libro que he leído de ella. Sin
embargo, lo que he podido apreciar, me ha gustado.
La Estrella de Medianoche
En el viaje al punto
de origen van una moribunda Violetta, Adelina, Magiano, Teren, Raffaele, Lucent
y Maeve. El viaje se da bastante rápido,
pero no exento de peligro. En el transcurso muere Violetta y luego Teren. Los
restantes llegan pronto frente a los dioses en el inframundo, y tenemos siempre
la perspectiva de Adelina, haciéndole frente a Moritas, la diosa de la muerte,
a quien ella –Adelina– acepta devolver sus poderes por el
regreso del equilibrio al mundo.
Y lo acepta, además,
creyendo que eso traería a Violetta devuelta. Pero no.
Lo peor es cuando
Adelina empieza a regatear, y Moritas se vuelve gemela de la Gema del Alma; se
cree alquimista: esto es intercambio equivalente. Un alma por otra alma. Así sencillo. Ya sabrán qué pasa después.
Tengo sentimientos encontrados con este final, con esta decisión, siendo la mayoría provocados a causa
de cuánto amo yo a Magiano, pues no es Violetta la víctima en esto o Adelina,
es Magiano y el jodido amor que siente por Adelina. Al menos sentí algo de
alivio viendo la vía que Marie Lu tomó para los lectores como yo que quisieron
un final feliz para esta parejita a través de una leyenda sobre la diosa de la
empatía, la que tiene –o tenía– alineación con Violetta.
Ya sabemos dónde toma sentido el título
del libro.
¿Lloré con este libro? Estuve a punto, pero
siempre por Magiano, en verdad me dio
mucha lástima él, el leer que técnicamente acabó solo y a la espera de la
medianoche para que la estrella de Adelina descendiera de los cielos como hizo
Eratosthenes para encontrarse con Compasia.
En fin. El libro en sí me gustó. Solo que tuvo
muchos altibajos, y eché en falta la emoción de las otras dos entregas. Al menos,
tengo el consuelo, de que pude
disfrutarlo por Magiano, y es que este niño merecía todo el amor del mundo.
En pocas palabras, me hubiera gustado un final más bonito para él. Mi bebé.
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