Autor: Ramson Riggs
Formato: Kindle Edition
Pages: 449
Llega el
sorprendente desenlace de El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares,
trilogía en la que se basa la película de Tim Burton.
En su lucha
por salvar a Miss Peregrine, Jacob y sus compañeros se ven envueltos en una
batalla mucho mayor. Tras escapar del escondite asediado de Miss Wren, Jacob
desarrolla nuevos y asombrosos poderes y, con la ayuda de Emma y Addison, traza
un plan para recuperar a las ymbrines y sus protegidos de las crueles garras de
Caul. Para ello, deberán viajar por la Inglaterra victoriana y conocer a nuevos
individuos fascinantes que les ayudarán de modos completamente imprevisibles.
El destino de los peculiares está en juego, y sólo disponen de esta oportunidad
para salvarse para siempre.
A tan solo tres o cuatro días de haber publicado la anterior reseña
¿vengo ya con la última de esta trilogía? Es porque estaba buena, no, no buena:
ESPECTACULAR.
Quisiera dar esta reseña sin spoiler pero…
A la mierda: la daré con spoiler.
En el segundo libro terminamos con los niños peculiares siendo
secuestrados por los wrigts salvo Emma y Jacob quienes fueron salvados por
Addison, y a la vez, haciéndole frente a un hueco que está totalmente bajo un
increíble control de Jacob. ¡No solo ve a los huecos, puede hablarles y
controlarlos! No obstante, no domina en sí la habilidad y termina solo
ejerciendo ordenes en el hueco que tiene frente a sí.
De ahí marchan camino a Londres gracias al olfato de Addison que los
lleva a un puerto y a recurrir de los servicios de Sharon, un barquero que da viajes
a peculiares. Él los lleva a El Arca del Diablo, un peligroso lugar donde
habitan los peculiares desterrados y de la peor calaña, además de traficantes y
esclavistas. Lo que no esperaban era que, en medio de esa travesía, el hueco de
antes viniera tras ellos a lo que Jacob vuelve a recurrir, milagrosamente, a
sus habilidades, para salvarlos de piratas que les atacaban en el momento. Luego
de idas y venidas, y la segura participación de Sharon en ayudarles a encontrar
la guarida de los wrigts, Emma, Jacob y Addison se topan con Bentham, uno de
los hermanos de Miss Peregrine y quien se ofrece para ayudarlos a salvar a los
peculiares y las ymbrines.
Caul, o Jack como revela Bentham se llama en realidad, requeria el poder
de las ymbrines para encontrar Abalon y con él, la biblioteca de las almas: un
gran refugio de almas de peculiares, casi como la fuente de la juventud. Lo que
no esperaría era que, si bien lo encontró (Abalon) tendría un problema: los
frascos donde están almacenadas las almas de peculiares no pueden verse. Al igual
que con los huecos, requerirá de alguien especial con la habilidad de ver los
fracos.
Jacob.
De ahí, la búsqueda y el rescate de las ymbrines toma un giro totalmente
diferente: el de evitar que Caul logre su acometido y sumerja el mundo de los
peculiar (y la humanidad en sí) en un reino de esclavitud.
Aun con ese resumen, es complicado hacer una reseña de algo tan extenso.
Tenemos por un lado la aventura de Jacob, Emma y Addison en El Arca del
Diablo. En un momento vemos cómo ellos llegan a dar con una esclavista que
vende a peculiares al mejor postor, y que resultaba ser la mujer que en el
pasado intentó secuestrar a Emma. Esta “dama” da al trío la información para
llegar a la guarida de los wrigts y de Caul a su vez. En este viaje, a su vez,
se enteran de lo que había estado haciendo los wrigts con los peculiares:
extraían su alma peculiar, su habilidad, para transformarlo en un elixir
llamado “Ambrosía”, y que daban a los habitantes del lugar. Eso aumentaba el
poder de los demás peculiares (así como devorar peculiares transformaba a los
huecos en wrigts) pero les hacia adicto a ella con el paso del tiempo; mientras
más ambrosía ingerías, más adicto te hacía.
Bentham, quien sirvió como hospitalario para los chicos, buscaba a Jacob
por su habilidad de hablar con los huecos. Él en su momento salvó a Sharon de
la adicción (por cierto, ¿sabían que tomar mucha ambrosía te desfiguraba la
cara y el cuerpo?)
Sharon: ¡Qué hombre tan adorable! Al principio puede caer
mal por su arrogancia y ligero egoísmo, sin embargo cuando sirves en El Arca
del Diablo debes formar una armadura para sobrevivir. Prontamente vemos la
preocupación –casi paternal– que demuestra hacia Emma y Jacob y el gran
agradecimiento hacia Bentham por haberle salvado de la adicción. Este fue uno
de los nuevos personajes que adoré y que se convirtió en mi favorito de toda la
trilogía.
El Hueco de Jacob:
Raro, lo sé. Pero si bien sé que es una máquina de aniquilar peculiares, desde
la conexión con Jacob que se estableció en el libro anterior y en cómo se
desarrollo en este, se volvió casi una mascota con tentáculos y gruñidos.
(…) Pero no cualquier hueco: mi hueco. La palabra me vino a la mente sin previo aviso ni precedente. Mío. O tal vez lo había entendido al revés. Tal vez yo le pertenecería a él.
(…)Aun así, pensé que había valido la pena cuando nos marchamos con los ositos siguiendo nuestros pasos, arrastrando las cadenas y el poste a sus espaldas lenta y pesadamente hasta que mi hueco los tomó en brazos y cargó con ellos por su por su propia voluntad.
(…) En el momento en que dejé de obligarlos a caminar, el hueco se derrumbó de agotamiento. Parecía tan frágil allí en el suelo, sangrando, hecho un ovillo, con las lenguas guardadas en la boca. Al percibir su angustia, los ositos a los que había rescatado lo husmearon agitando sus hocicos húmedos, ante lo que el hueco reaccionó con un suave gruñido que sonó casi tierno.
(…) Tenía los enormes ojos negros muy abiertos y con una expresión de pánico, totalmente desproporcionado en relación con su cuerpo, pequeño y arrugado como un racimo de higos. Aún seguía siendo una criatura repugnante, y siempre lo sería, pero tenía un aspecto tan patético que me sentí fatal de manera inexplicable, como si fuera a sacrificar un perro que no entendía por qué lo castigaban.
(…) Pero no parecían estar interesados en matarme. Se quedaron mirándome, tranquilos y atentos. Me rodearon como un grupo de niños buenos a la hora del cuento. A la espera de que les dijera algo.
Siguen siendo peculiares con la brújula muy desviada y un instinto
animal que los dominaba.
Quizás…, no, ESOS fueron los momentos que el libro me dominó por
completo.
Continúo.
Esta peculiar es increíble: raspando parte de su piel, se forma un polvo curativo. La Mujer Arena y Reynaldo. |
Interrumpimos la programación para hacer un anunció importante: Bentham
fue amigo de Abe, el abuelo de Jacob, y en un experimento, culpable de que Abe
perdiera parte de su peculiaridad. Eso granjeó la pérdida de confianza momentánea
de Jacob y la sospecha infinita y resentimiento de Emma hacia el hombre. Y la
verdad es que sí, fue una de las razones por las que Abe se alejó del mundo
peculiar. Era porque su visión de los huecos se había difuminado y temía que
eso se convirtiera en un peligro para su familia y en especial para Jacob.
Lo más sorprendente luego de eso fue la traición de Bentham al unirse a
su hermano. Con la batalla ganada por Caul, éste llevó a todos a Abadon donde
usó a Jacob para hacerse con un inmenso poder: la alma de un peculiar de hace
miles de años increíblemente fuerte, casi como un dios. Yo esperaba que Jacob
usaría una de las almas de los tarros para luchar contra Caul, no que el mismísimo
Bentham tuviera parte del alma peculiar de Abe y que con ella pudiera ver los
tarros y a su vez tomar una de las almas para luchar contra su propio hermano.
Puede que Bentham no sea tan coño ‘e madre como creía.
Y fue él también quien dio a Alma (Peregrine) una receta para que ella y
las demás ymbrines cerraran el bucle en el que estaban, acabando así con Caul y
Bentham.
Esta parte no fue tan épica como lo esperaba, creo que la batalla épica
que quería dar Riggs se le quedó en la que tuvieron Jacob y sus huecos con los
wrigts en la guarida momentos antes. Pero lo más, lo más irritante que tuve que
soportar de este libro no fue el regreso de Enoch (ese casi ni se le
mencionaba, gracias a Shakespeare).
Los idiotas padres de Jacob cuando este volvió a su época.
En verdad no tengo palabras ya para describir las inmensas ganas que
tenía de golpear tanto a los padres como a los tíos e incluso a una jodida psicóloga
que contrataron pensando que el chico estaba loco. Joder, sé que no es fácil
saber o comprender una situación así, ¿pero se puede ser tan mente cerrada y
tan idiota como ellos? Si hay algo que alabo de Riggs es su facilidad para
crear personajes odiables. En cuanto lean esa parte o los que lo leyeron,
podrán entender. En verdad quería hacer algo drástico.
Esta trilogía de Riggs es una maravilla para mí. La amé de cabo a rabo,
y considero este tercer libro EL MEJOR de toda la trilogía.
Este se volvió el primer favorito del año.
Y de Jacob y Emma, pues, que diré. No los shippeo como pareja, sino
mejores amigos, aun cuando varias veces Jacob diga que ama a Emma y toda la
cosa, Riggs falla en el romance. #SorryNotSorry
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