Autor: Joanna Shupe
Formato: Kindle Edition
Páginas: 276 (según mi edición)
Capítulos: 18 capítulos.
¿Puede una mentira imprudente conducir al amor
eterno?
Julia
Colton se casó a los dieciséis años con el séptimo duque de Colton, Nicholas
Francis Seaton, conocido como el duque depravado. Tras el matrimonio, él le
pide dos cosas: dormir en habitaciones separadas y libertad para estar con
otras mujeres sin que ella se moleste.
Julia
no esperaba mucho más, apenas se conocían y su matrimonio fue un acuerdo entre
familias. Pero ahora, ocho años después, su marido es un extraño, y ella está
enfadada y aburrida. Así que tiene un plan para seducir al marido que la
ignora. Un plan bastante indecoroso pero increíblemente placentero:
•
Aprender los secretos más íntimos de la cortesana más importante de Londres.
•
Hacerse pasar por cortesana, tomando el nombre de Juliet Leighton.
•
Viajar a Venecia y localizar a su marido.
•
Seducir a su marido, concebir un heredero y así, asegurarse el futuro.
Lo
que empieza siendo un tormentoso flirteo termina convirtiéndose en una
auténtica pasión, y el sentimiento es mutuo… ¿descubrirá la duquesa cortesana
el amor de su vida en el hombre con el que se casó?
Estoy
tan feliz que, aún con el apagón nacional que tuvimos ayer en Venezuela, nada
me habría quitado la emoción que me dejó este libro. Aún más con el hecho de
que, oficialmente, vuelvo a los libros de romántica histórica a través de él.
Nos
establecemos en Venecia, Italia, a finales de 1816 donde la duquesa de Colton, Julia, está en la búsqueda de un marido que no
conoce. Hace 8 años desde que Nick Seaton se casó con ella y de inmediato
la abandonó, sin consumar el matrimonio ni dejar un “adiós, vuelvo pronto” u “adiós,
estaremos en contacto”. Simple y llanamente, Nick se fue sin grandes ganas de volver algún día a Inglaterra,
viajando por Europa, ganándose el apodo de El
Duque Depravado. Sin embargo, Julia está pasando problemas económicos pues,
aun siendo la nueva duquesa, la madre de Colton y el primo de éste se han hecho
con lo que debería ser de Julia, dejándola casi en la calle. Formando un plan con su mejor amigo,
Simon, conde de Winchester, Julia
pretende ir tras su marido bajo una identidad falsa, consumar el matrimonio sin
que éste sepa con el fin de concebir un heredero y, por consiguiente, poder
tener más autonomía e independencia del dinero heredado por Colton. Pero, hey, ¿acaso nadie le advirtió a Julia de cuidar
su corazón en el proceso?
Mi
último libro ambientado en la regencia fue leído por el 2016-2017, y no me
gustó mucho que digamos. Antes de eso, yo
había dejado ese género por el 2014, y vean que desde el 2011 yo era muy
asidua al mismo, fue mi primer género cuando inicié en serio con la lectura. Leer este libro se sintió igual a cuando
veías una película muy querida de tu infancia, en especial cuando descubres
que te sigue gustando tanto como la primera vez –puede que mi decepción con ese
anterior fue un bache en el camino.
Julia es una mujer de 24 años, quien fue
abandonada por su marido apenas se realizó la ceremonia. Es lista,
valiente y decidida. En cuanto su situación económica empeora al punto de estar
en la calle por culpa de su suegra y el primo de su marido, Julia arma un plan para buscar al esposo
con quien se casó, consumar finalmente el matrimonio y volver con un heredero
en el vientre. Para eso, Julia decide
hacerse pasar por una famosa cortesana, Juliet Leighton. Como toda señorita
de sociedad, Julia no fue educada para ser una servidora de placer, por lo que contrata a Pearl Kelly, reconocida
cortesana, para que le enseñe las artes de la profesión. Así, buscando el ajuar
adecuado, y tiñéndose el pelo rubio de un rojo pasión, nace la encantadora y sensual
Juliet.
Por
otro lado, Nick Seaton, Duque de
Colton, nombrado Duque Depravado, es
un hombre cercano a los 30 que ha venido
huyendo de Inglaterra desde hace 8 años, un año después de la desafortunada
muerte de su hermano mayor y antiguo heredero del ducado Colton. Nicholas es desvivido,
sinvergüenza, mujeriego y jugador, ha pasado por París, residiéndose finalmente
en Venecia, sin querer volver alguna vez al país que le vio nacer. Tampoco ha
tenido una vida fácil. Nunca fue amado por sus padres, y con la muerte de
Harry, su hermano, los malos tratos de ellos se volvieron tal al punto que, en
cuanto fue obligado a casarse, Nick
decidió huir sin hacerse cargo de sus responsabilidades ni hacia el ducado ni
mucho menos a su esposa. Así que, cuando conoce a la cortesana Juliet
Leighton, de manos de su mejor amigo Simon, las chispas salen entre ambos, la
atracción de Nick hacia la ardiente mujer reclamándole tenerla en brazos sin
sospechar quién es realmente Juliet. Al menos, de momento.
Llevo
un tiempo buscando libros así, libros donde uno de los personajes quiera
hacerse pasar por otra persona, tome una identidad falsa, y haber leído este
libro fue una de las mejores decisiones de mi vida. Me encantó, me fascinó, me enamoré completamente no solo de los
personajes, sino de la historia y otra vez me vi satisfechamente envuelta en un
ambiente, una época, tan mágico, que me hizo devorar el libro en dos días.
Las primeras interacciones entre Nick y Julia
fueron una delicia, hilarantes, picantes, que me arrancaban suspiros enamorados
y risas. El humor de la autora a través de los personajes fue algo que le
sumó muchos puntos. Nunca antes había leído nada de Joanna, pero sin duda su
forma de relatar fue maravilloso, me adentré muy rápido en la historia, y ni
siquiera fue aburrido ningún pasaje.
Además,
hubo un dato que me gustó mucho ver, y fue que al inicio de cada capítulo hay como una nota, consejos dados de Pearl
Kelly hacia Julia en sus lecciones como cortesana que de alguna u otra
manera toman relación con lo que ocurrirá en el capítulo, y fue increíble, como
tener a la misma Pearl instruyendo al lector en las sutiles artes de ser una
cortesana. Y sobra decir que, a pesar de que en esencia Julia sigue siendo una
señora de sociedad, es más desenvuelta, más desinhibida respecto a la seducción
y al sexo que otras jovencitas de esa época. Algo que, en cierta manera, la
ayudó para mantener la farsa de una experta cortesana frente a Nick.
La química entre Nick y Julia los disfruté,
realmente sentí que ambos encajaban bien con el otro, sin importar los
sentimientos de traición, ira u resentimiento por el abandono de él y el engaño
de ella. Siento que la autora supo
interpretar muy bien los problemas propios de cada personaje, la psicología
de cada uno, lo que cada uno podía sentir en verdad como personajes individuales
y, a su vez, mantener la atracción entre ambos, la compatibilidad. Es algo que
me preocupaba pues, en especial con Nick, quien nunca recibió amor paternal,
fue incluso reprochado, acusado, por la muerte de su propio hermano, y eso son
cosas que afecta emocional y psicológicamente a una persona. El ver su lucha, avanzando el libro, por
admitir que siente más que deseo por Julia, fue algo fascinante de ver. Tuvo
realismo a mi opinión.
Y
lo mejor es que estos dos principales no estuvieron solos en su protagonismo. Los demás personajes que les acompañaron
hicieron bien su papel, no quedándose rezagados, pero tampoco opacándolos. Por
ejemplo, la tía de Julia, Theodora, hermana de su padre y única familiar. Ejerció
un papel casi de madre y consejera, aportando además un toque de humor ya que,
constantemente estaba un poco subidita de copas. O Fitz, el ayuda de cámara de
Nick, haciendo de la contraparte masculina de Theodora hacia Colton –pero
sobrio–; Me enfocaré en este último personaje pues, de estos dos en especifico,
le tomé más cariño a él. Fitz fue un
hombre al que Nick le salvó la vida en uno de sus tantos viajes y, en consecuencia,
Fitz le juró lealtad, desde entonces siguiéndole para protegerle como
guardián, luego ayudándolo como ayuda de cámara. Fitz es más alto que la media,
incluso de Nick con su 1,80, y se le ha descrito como alguien atemorizante,
imponente. Pero más allá de su aspecto, Fitz
es alguien ingenioso, atento, muy protector, sobre todo con Nick, amable y
sarcástico, siempre está tomándole el
pelo a Nick y ni siquiera muestra respeto porque él sea un duque, lo trata
con tanta familiaridad que por un momento olvidas que antes Fitz era un hombre
de la calle. En verdad amé este personaje, si bien no me convenció del todo el
romance que, ya a mediados del libro, empieza a tener con la tía Theo –porque
sí, Fitz y Theo se enamoran, a pesar de que ella ya es una mujer de 50-60 años.
Pero bueno, que dicen que para el amor no hay edad.
Otro
personaje que me encantó fue Simon, conde de Winchester. Fue mejor amigo de
Simon desde la universidad de Eton, y también se volvió mejor amigo de Julia y
un apoyo luego de que Nick la abandonara. Además, Simon es quien acompaña a
Julia a Venecia en busca de Nick, confabula con ella en su plan de fingir ser
la señora Leighton, y la protege de la ira de su amigo cuando éste se entera de
la verdad –granjeándose los celos de Colton en el proceso–. Hubo muchos momentos con Simon en los que
me reí a carcajadas, en verdad no saben cuánto disfruté del mismo. Simon es
muy protector con Julia, la considera una hermana, como Fitz, le gusta ser
irónico con Nick, producto de la amistad de tantos años, y tampoco teme ser
quien le lea la cartilla cuando Nick hace una estupidez que afecte a Julia. Hubo
algo en el pasado de Simon, un momento donde Julia le ayudó y eso hizo que
Simon le debiera mucho a ella, que se menciona pero nunca se llega a explicar
en este libro. Dejan al lector con la
intriga de saberlo, y estoy planteándome seriamente el leer el próximo libro
por ello.
Antes
de acabar, quiero darle comentarios
extras a los villanos de esta novela, porque sí, el drama del engaño no es el
antagonista principal. Sí, el primo de Nick es uno de los villanos, pero
para el regreso de Nick muere su madre, y queda una última persona de la cual
sospechar. Sobra decir que, en un inicio puede parecer inocente, pero en cuanto
Julia sufre un accidente, ya empiezas a sospechar. No ahondaré mucho en estos
dos desgraciados pero, sí diré que hubiera
deseado que las cosas no fueran tan predecibles con ellos. Vas leyendo y te
vas dando cuenta de en qué cosas estuvieron sus manos metidas. Hubiera deseado
que el factor sorpresa se mantuviera con sus villanías. Y si bien en un momento
la autora me sacó un susto, fue breve. En resumen: siento que las fechorías de los villanos fueron
fáciles de adivinar, y aún con ello, no participaron mucho. Estos dos
antagonistas resultaron no ser tan bestias como pensé.
Ahora
sí, para finalizar solo añadiré que el libro en verdad me encantó, va directo a
ser mi nuevo favorito, de esos que releería una y otra vez. El libro es ágil,
sencillo, romántico, sensual, divertido, encantador. Te hará reír, enamorarte, suspirar, frustrar, y soñar despierta todo el
tiempo.
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