Autor: Marie Lu
Formato: Kindle Edition
Páginas: 324 (según mi edición)
Capítulos: 33 capítulos.
Érase
una vez, una chica que tenía un padre, un príncipe, una sociedad de amigos.
Luego la traicionaron, y ella los destruyó a todos.
Adelina Amouteru ha sufrido a
manos de tanto su familia como sus amigos, conduciéndola por el amargo camino
de la venganza. Ahora conocida y temida como la Loba Blanca, ella y su hermana
huyen de Kenettra para encontrar otros Jóvenes Élites con la esperanza de
construir su propio ejército de aliados. Su objetivo: derribar el Eje de la
Inquisición, los soldados de capa blanca que asesinaron a su amor, el príncipe
heredero Enzo Valenciano.
Pero Adelina no es ninguna
heroína. Sus poderes, alimentados sólo por el temor y el odio, han empezado a
crecer más allá de su control. No confía en sus recién descubiertos amigos
Élites. Teren Santoro, líder de la Inquisición, la quiere muerta. Y sus antiguos
amigos, Raffaele y la Sociedad de la Daga, quieren detener su sed de venganza.
Adelina lucha por aferrarse a lo bueno que hay en ella. Pero, ¿cómo puede
alguien ser bueno, cuando su misma existencia depende de la oscuridad?
Tercer libro que leo de Marie Lu,
segunda parte de una de sus trilogías… y yo aún no puedo creer que continué con
Los Jóvenes de la Élite y no con Legend,
que fue mi primero de ella. Para peor, sé que ambas trilogías me destrozarán horrible el corazón pues
tengo la genuina sospecha de que sus finales no serán bonitos.
He escrito esta reseña en dos
partes: me refiero a que la inicié cuando estaba en un 50 % del libro, y la he
continuado al acabar el mismo.
Luego de los acontecimientos del
primer libro, Adelina junto a su hermana
Violetta se ven en la necesidad de huir a Merroutas, ciudad-estado de
Estenzia, con el fin de buscar otros élites para unirse a su causa. Adelina quiere acabar con la Inquisición
liderada por Teren Santoro y finalizar con el reinado semi-ilegitimo de Giulietta,
la hermana de Enzo. Además de, terminar con los Dagas, aquellos que en un
inicio le brindaron su apoyo y amistad y acabaron traicionándola. Por su lado, Raffaele y los demás Dagas van a Beldain,
un país vecino de Kenettra que acaba de
coronar a su nueva reina, Maeve. Como Élite, Maeve tiene un poder oscuro
nunca antes visto y posee un plan para
los Dagas que, no solo los beneficiaría a ellos, sino que traería poder político
a ella. Pero ese plan es peligroso,
prohibido, y cuando llega a oídos de Adelina,
ésta hará hasta lo imposible por
truncarlo a su favor.
Por los huevos de Judas, hay
muchas cosas que quiero tocar en esta reseña y lo haré por partes.
ADELINA
Y LA SOCIEDAD DE LA ROSA
Comencemos con que me encantó cómo Adelina forjó su propia
sociedad, su propio escuadrón de élites y soldados que están a favor de su
causa. Hasta el 50 % del libro, se ven asomos de la oscuridad que hay en su
interior, poco a poco aumentando con el paso de las experiencias y eso causa
temor y admiración en los que la rodean. Cuando recluta a Magiano, su primer
élite, la pone a prueba, lo que provoca –sin esperarlo– la muerte del Rey
Nocturno, dirigente de Merroutas y en consecuencia, los mercenarios que le
seguían fielmente, acaban por dividirse y seguir a Adelina.
Pero si hay algo que he notado,
al menos en lo que llevaba leído en ese porcentaje, es que… sí, que Adelina tiene los aspectos de una
anti-heroína y todo, pero la oscuridad que yo esperaba ver en
ella no la termino de sentir. Sigue
poseyendo un nivel de humanidad que estoy loca por ver que se destruya, por ver
que todo su poder, toda su ira, su resentimiento, su dolor, acabe explotando y
destrozando todo.
Quiero
ver el mundo arder en esta trilogía. Y lo tuve.
Pasando ese 50 %, he podido leer
cómo esa energía aumenta a límites insospechados. Adelina no solo teje ilusiones y está afinada a la oscuridad y la
muerte, sino que hay susurros
murmurando palabras en su oído que nadie más puede ver y sus propias
ilusiones comienzan a tejerse por sí solas en su contra a cada asesinato que
ella comete. Sus Rosas, los Élites que ella reclutó, entre esos Sergio, su
hermana y Magiano, ven como algunas de esas ilusiones se vuelcan y la atrapan en
sus redes, no es sino hasta que Violetta acude en su ayuda, tomando su poder y sacándola
de la ilusión.
Más allá de verla como una
antiheróina, o una villana de por sí, no
termino de categorizar a Adelina. Toda su
historia me causa pena, lástima, y sí creo que su final me va a doler tanto
como sospeché que sería. Pero necesita
ser salvada de sí misma. Pronto.
RAFFAELE
Y SU ALIANZA CON MAEVE
Les diré algo: yo shippeaba BURDA a Raffaele con Enzo en
el libro anterior, pero ver en lo que se ha convertido con el paso de las
páginas. Sí, vemos las cosas desde su punto de vista y comprendemos por qué es
como es. Sí, perdió un ser amado cuando Enzo falleció y culpa a Adelina por
eso. Sí, también se culpa a sí mismo por no haberlo previsto antes. Sí, sí, sí,
pero poco a poco se han ido revelando hechos de él, pequeños detalles que nos
gritan a los cuatro vientos que él nunca
fue la santa paloma que creíamos que era cuando advirtió a Enzo sobre Adelina.
Sí, Adelina no es una Teresa de
Calcuta en esta trilogía: ha hecho cosas horribles, sus pensamientos son tan
impuros como una cloaca; no obstante, Raffaele tampoco es el Papa, pues sentí
tal… no sé ni cómo describirlo. Raffaele sabe que ciertas cosas no son
correctas, ¡lo sabe!, y aún con eso las hace. Cuando Maeve le propuso aquel
plan, aunque Raffaele sabía que era totalmente inhumano y contra el orden de
las cosas hacerlo, aun así aceptó. Con
la muerte de Enzo fue como si algo más, no solo a Adelina, se rompiera.
Pero avanzados en el libro,
también descubrimos que cambia de
opinión al ver cuán peligroso se torna la situación, al darse cuenta –no
con cierta tardanza– el plan de Maeve puede ser tanto su salvación como su
perdición. Y, lo admito, hubo una parte a pocas páginas de acabar el libro que me dio tanta tristeza que casi me rompe el
corazón con él.
No sé qué pensar al respecto de
él. Sigo creyendo que Raffaele no es una
buena persona, pero también veo que ha llegado a lo que es por las
circunstancias de su vida. Cosa de lo que no comparto pero comprendo.
TEREN
SANTORO Y SU OBSESIÓN
La primera vez que conocimos a
Teren, quedó descubierto que más allá de su maldad, su obsesión era algo característico en él. Una marcada obsesión por
dos cosas: acabar con los malfettos –una categoría en la que él irónicamente
también entra, y Giulietta –gobernante actual de Estenzia y hermana de Enzo.
Pero es en este libro, donde el
plan de las Dagas es infiltrarse dentro y romper la relación de Teren y
Giulietta, donde vemos hasta qué limites
alcanza su ceguera hacia lo que él considera correcto o no, hacía lo que él
da lealtad o no, hacia lo que él desea o
no.
Es
que la obsesión de Teren es tal que,
cuando la tensión llega a un punto insostenible en la trama, se rompe y desata la destrucción total. Cuando Giulietta
decide solamente “perdonar” a los malfettos
que se inclinan hacia ella, fuera de lo que en verdad deseaba Teren que era
asesinarlos, y para peor, cuando ella le quita su puesto como Líder de la
Inquisición y lo manda lejos, su obcecación es tal que acaba por ser su propia
perdición en el momento en que decide aliarse con Adelina e infiltrarla en el
palacio; acaba por ser quien le da el
hacha al verdugo que acabará con todo lo que él conoce.
Y no, no es Adelina quien termina
siendo la perdición de Giulietta y de Teren: es el mismo Teren en su deseo por
creer ser el enviado de los dioses que limpiará la tierra de los malfettos. Teren sí es un personaje que me fascinó a pesar de los momentos de
frustración que he pasado con él en los dos libros leídos, mucho más de lo que es Adelina.
Porque, he de decirlo: es un
sociópata, y saben que a mí me encantan.
LOS
SHIPS ALOCADOS DE LIBROPACAT
¡Y bienvenidos a la zona Crazy! Aquella donde la mente
fantasiosa, alocada e irrevocablemente romántica de su servidora encuentras
ships donde los autores en ningún momento se han atrevido a hacer mención.
En primer lugar tenemos a Adelina y Magiano, la pareja encantadora.
Con sus ultra súper poderes de ilusión por parte de ella y de imitación por
parte de él, hacen un combo fuera de serie.
Ya hablando en serio, estos dos
tenían algo que sin duda alguna me fascinó. Mi shippeo con ellos es fuerte, y con momentos como este, mi
fangirl interna recibía su doble dosis de endorfinas.
Sin embargo, es una pareja que me rompe el corazón también conforme avanzamos
las páginas, los capítulos. Leí una reseña que no le gustó esta pareja por ser
insta-love, y lo es, en apenas un
momento ya hay una atracción entre ellos que se desarrolla rápidamente en un
romance, pero aquí la autora lo
envolvió en una bruma de sufrimiento que me atrapó también. Adelina nunca dejará de amar a Enzo,
Adelina poco a poco es absorbida por su oscuridad, por sus incontrolables
ilusiones, por todo lo que ella es, y dejará a Magiano por fuera. Aunque él represente una luz que la
mantiene cuerda, que atrae lo mejor en ella, no es ni será suficiente, y es algo que me duele. En verdad le he tomado mucho cariño a este ship y
lo que suceda entre ellos y con ellos en el próximo libro me destruirá.
En la puerta lateral tenemos a Adelina y Enzo, una pareja apasionada
que nos ha venido acompañando desde el libro anterior. El deseo que desbordan estos dos ha sido capaz de sobrepasar los
límites de la muerte, y no solo porque Adelina sigue reviviendo el pasado
una y otra vez.
Atormentada todavía por su
muerte, Adelina sufre alucinaciones de Enzo varias veces a lo largo del libro,
y lo que descubre respecto a lo que planean los Dagas y que involucra a Enzo,
aumenta más los pensamientos –y mi ship– de ella hacia su, prácticamente,
primer amor.
¡Y con ustedes, el más loco, el
más inesperado, la pareja más hot y
mórbida que se le puede ocurrir a su loca anfitriona! Redoble de tambores por favor:
Teren Santoro y Adelina Amouteru.
Sí, señores, que regresamos al
mismo ship de a principios del libro anterior. Es que este ship, a pesar de la jodida presencia de la obsesión de
Teren por Giulietta, no abandona a mis
cazadoras de parejas. Y es que con las menciones de ambos, pocas o
simplemente nulas, ahí me verán a mí,
con una simple frase, uniéndolos
hasta con chicle barato. Sea por una
frase de admiración de Teren hacia lo que llega a realizar Adelina con su
increíble poder, o sea por una mirada
mal hecha en su dirección, esta pareja me ha demostrado que a pesar de las
zorras-, digo, a pesar de las adversidades, ha logrado resurgir y mantenerse
ahí con la misma fuerza con la que hizo aparición.
¡Bravísimo!
UN
REGRESO INESPERADO
Atención Spoiler. Continuar bajo su riesgo.
Dado que el pode de Maeve es el
de resucitar a los muertos, tenemos de
regreso a nuestro querido Enzo. ¿Entienden
ahora porque sigo shippeándolo con Adelina? Pero como cualquier alma que
regresa del inframundo, la esencia de Enzo no es la misma a la que conocimos en
el libro anterior. Sigue siendo el mismo
a primera vista, pero está la muerte acechando en su interior. Ahora Enzo
es muchísimo más poderoso que antes, volviéndose un arma letal. Para traerlo, el plan de Maeve era vincularlo a Raffaele,
pues es lo que lo mantendría en el plano de los vivos, pero Adelina se hizo pasar por él, causando que ahora Enzo y ella
estuvieran vinculados. Enzo se mantendría vivo mientras Adelina viviera, y
ella podría controlarlo, pero si no tenía cuidado, él también podría
controlarla a ella. Adelina lo mantiene
a su lado por un par de capítulos, mintiéndole
respecto a lo que pasó con las Dagas hasta
que él se llega a enterar de la verdad, momento cumbre en la que se da
cuenta, no con cierta sorpresa y dolor para Adelina y para mí, que hasta él mismo la habría matado de tener la
oportunidad.
Creo que lo que más me dolió de todo
fue el momento en que, luego de que Adelina tomara el control de Enzo y lo
usara para acabar con cientos de barcos de Beldain que pensaban atacar
Estenzia, Raffaele se acerca para calmar
la negrura activa en Enzo y que prueba que fue regresado de entre los
muertos. Esa escena fue tan desgarradora
para mí pues, para todos, es una
inequívoca muestra de que, contrario a los
sentimientos de Adelina, los de
Raffaele hacia Enzo es la única pureza que hay en este élite hacia el que
alguna vez fue su príncipe y mejor amigo.
Claro, hasta que la impotencia me
golpeó cuando Raffaele y los Dagas se llevan a Enzo. Maldita sea, sé que ahora
Enzo odia a Adelina y todo, pero yo no quería que se lo llevaran. No me culpen.
Pero acabamos con tres cosas:
1.- Adelina ganó. Ahora es la gobernante de Estenzia.
2.- Hubo un momento de tensión en
la que, por culpa de un descubrimiento de Raffaele respecto a los élites, causó
que Adelina atacara a Violetta y ésta se fuera.
3.- Algo peligroso se acerca y que puede poner en peligro todo lo que Adelina
conoce y logró.
Me
cuesta mucho colocarle una puntuación a este libro.
Sí, me gustó, he disfrutado
demasiado los momentos con Magiano, la maldad vengativa y latiente en Adelina y
el regreso de Enzo –joder, que el regreso de Enzo fue lo que MÁS disfruté de todo. Pero el final, los últimos tres capítulos me han dejado
con una sensación extraña que sin duda bloquea mi juicio y me hace dudar de
la puntuación.
Le pondré un 4, no sin cierta
inseguridad, pero repito, me gustó y muero por saber qué sigue en la entrega
final.
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